Siendo uno de los puntos importantes en el trabajo del mistico hacemos llegar unas palabras al respecto de Israel Regardie, recomendamos el libro del cual proviene el siguiente texto; "12 pasos hacia la Iluminación"
RESPIRACIÓN RÍTMICA
Después de los ejercicios de toma de conciencia y relajación que hemos
practicado, la atención puede volverse a la respiración. Primero de todo, es
necesario declarar dogmáticamente que pocos de nosotros respiramos de forma
adecuada. El ejercicio precedente debería haber demostrado la existencia de
tensiones masivas en todo el pecho y áreas diafragmáticas y abdominales del
cuerpo. Estas tensiones obstaculizan el proceso respiratorio. La autoconciencia y la
relajación modificarán estas tensiones, sino enteramente, al menos en parte.
La autoobservación revelará posteriormente que muchos de nosotros respiramos
sólo con la porción superior de los pulmones. Por ejemplo, los hombres que usan
cinturones apretados encontrarán que se ven forzados a respirar con el área
superior del pecho, ya que el diafragma y el abdomen están comprimidos por el
cinturón. Por otra parte, las mujeres que usan sostenes ceñidos pueden descubrir
que el esfuerzo efectuado al elevar el pecho contra la compresión de la parte
elástica del sostén es demasiado grande, de modo que es mucho más fácil usar el
área media o inferior de los pulmones. Además, aquéllos con severos problemas
emocionales descubrirán que invariablemente todo el proceso respiratorio está
obstaculizado por la masiva tensión muscular, con el resultado de una pobre
oxigenación, y, por tanto, de muy baja vitalidad.
La atención dada a la respiración en el Sendero de la Iluminación tiene como uno
de sus objetivos la erradicación de todas las tensiones neuromusculares posibles y,
por tanto, de elevar la energía y vitalidad. Se intenta regular el proceso de
respiración de una manera rítmica. Se necesita partir de la siguiente idea: si la vida
lo es todo, todo-penetrante y todo-abarcante, ¿qué más razonable entonces, que el
mismo aire que respiramos de un instante a otro deba estar altamente cargado con
vitalidad? Nuestro proceso respiratorio está entonces regulado sobre la base de que
la vida es el principio activo de la atmósfera, llamémosle oxígeno, prana o cualquier
otra cosa.
Durante la práctica de esta respiración rítmica en períodos fijos del día —dos
veces al día al menos, y por no más de diez minutos en total—, no debería ser
extenuante forzar la mente, no agobiando la voluntad. Todo esfuerzo debe ser
suave y fácil; luego se obtiene el dominio. Deje que la respiración fluya mientras
cuenta muy lentamente... uno, dos, tres, cuatro. Luego exhale contando con el
mismo ritmo cuártico.
Es fundamental e importante que cuando el ritmo inicial comience tanto en un
ritmo de cuatro como de diez, o cualquier otro ritmo conveniente, se mantenga
durante los diez minutos prescritos. Es el mismo ritmo el responsable de la correcta
absorción de vitalidad del exterior, y de la aceleración del poder divino del interior.
Al trabajar para el desarrollo de la respiración rítmica, el estudiante no deberá
rechazar la posibilidad de utilizar aparatos mecánicos. En las fases abiertas de la
disciplina auto-aplicada, el estudiante necesita toda la ayuda que pueda obtener.
Me gustaría sugerir que el uso de un moderno metrónomo eléctrico adosado a un
timer es algo enormemente útil. La combinación de ambos instrumentos hará lo
siguiente:
1.Establecer un límite automático a la sesión de práctica.
2.Eliminar la ansiedad de la duración de la sesión.
3.Permitir un ritmo rápido o lento en el metrónomo, que uno puede ajustar a su patrón respiratorio.
4.Poder ajustarlo para producir un chasquido fuerte o suave.
5.Suministrar un sonido extraño, pero no superfluo, sobre el cual uno puede
concentrarse mientras desarrolla la respiración rítmica.
Un número de objetivos que se logran de un solo golpe. Debe también hacerse
notar que, cuando el estudiante se aproxime al desarrollo de cualquier tipo de
mantra, para acompañar la respiración rítmica, encontrará que el metrónomo es
muy útil.
De hecho, este tópico del mantra podría muy bien ser tocado ligeramente en
este punto. Un clásico mantra cristiano es Lord Jesús Christ, have mercy on me
(Jesucristo, ten misericordia de mí). No importa si uno desea que nuestro Señor
nos tenga misericordia o no. Ni tampoco importa si se cree o no en Jesús. La
cuestión es que estas palabras nos dan un tipo de ritmo que puede ser marcado por
el metrónomo, que a su turno da el ritmo de la respiración.
Así, por ejemplo al inhalar con lentitud en un ritmo cuártico, el estudiante que
simpatice con los mitos cristianos puede entonar silenciosamente Lord... Jes... Us...
Christ en un ciclo, y en la exhalación have... mercy... on... me como segundo ciclo9.
Sólo se requiere un poco de práctica para que el mantra funcione. Si se requiere
ayuda, el estudiante puede golpetear con un dedo al ritmo del metrónomo. O las
dos frases pueden ser dictadas a un grabador, que las reproducirá una y otra vez,
hasta que se dominen bien el ritmo y el mantra. Esto es relativamente fácil de
lograr, y los resultados obtenidos bien valen el poco tiempo y la energía empleados
en dominarlos.
Al procurar armonizarnos de nuevo con el poder espiritual que opera a través de
toda la Naturaleza, no intentamos una copia ciega, sino una forma racional de
adoptar sus métodos. Tratemos, por tanto, de respirar rítmicamente en ciertos
momentos fijos del día en los que haya poca probabilidad de ser molestados.
Más allá de todas las cosas, cultive el arte de la relajación. Se da un gran énfasis
a este proceso. La práctica del precedente método de autoobservación nos
conducirá hacia el dominio de este arte. Cuando haya obtenido un grado de
relajación, entonces comience con el ejercicio de respiración rítmica, lentamente y
sin prisas. De forma gradual, mientras la mente se acostumbra a la idea, los
pulmones cogen espontáneamente el ritmo. En unos pocos minutos éste se volverá
automático. Todo el proceso se hace extremadamente simple y placentero.
Simple como es, el ejercicio no debería ser nunca subestimado por apuro en
acceder a procedimientos más complicados o avanzados. Mucho de este sistema de
un año depende del dominio de esta técnica tan simple. Dominarla es lo primero.
Asegúrese una profunda relajación, y luego proceda con la respiración rítmica.
Sería difícil sobrestimar su importancia o eficacia. Cuando los pulmones cogen el
ritmo, automáticamente inhalan y exhalan a ritmo medido, y al hacer esto lo
comunican y gradualmente lo extienden a todas las vecinas células y tejidos del
cuerpo. Así como una piedra arrojada en un estanque expande ondas y círculos
concéntricos de movimiento, así lo hace el movimiento de los pulmones. En pocos
minutos, el cuerpo entero estará vibrando por simpatía. Muy pronto todo el
organismo se sentirá como si fuera un acumulador. La sensación —y debe haber
una sensación, no meramente una fantasía— es inconfundible.
Este tipo de respiración encuentra su racionalidad en estas teorías:
Primero, la inspiración de grandes cantidades de oxígeno tiene un efecto
distintivo sobre las glándulas endocrinas, que sufren una enorme estimulación. Esto
puede deberse al aumento de circulación de la sangre que sigue las rítmicas
excursiones del diafragma.
Segundo, en su libro Raja Yoga10, el fallecido Swami Vivekananda nos ofrece una
admirable explicación del efecto de la respiración regulada, que fortalece y estimula
la Voluntad en una formidable concentración de poder. Brevemente, su teoría es
que al hacer que todas las células de un cuerpo vibren al unísono, como ocurre
durante la respiración rítmica, se provoca que una poderosa corriente eléctrica de
voluntad o energía espiritual se establezca en el cuerpo y la mente.
Tercero, la Voluntad es sometida a un serio entrenamiento. Cualquier individuo
que haya intentado ejercicios respiratorios, incluso pocos minutos, comprenderá lo
que esto significa. Difícilmente podría imaginarse algo más tedioso, laborioso y
pesado a primera vista que este simple ejercicio. Se necesita una gran
determinación para continuar. Al hacerlo, el individuo se da de bruces con la inercia
y lasitud en la que vive, requiriendo no poca disciplina y autodominio persistir en la
faena señalada. Esta se hace más fácil con su dominio y la aparición de un
considerable placer corporal.
De cualquier modo, si el estudiante no ha obtenido ningún resultado técnico
como para describir en su libro, cualquiera sea éste, al menos habrá logrado un
inconmensurable incremento de su poder de voluntad, de valentía en proseguir un
objetivo, al haberse entrenado a sí mismo en la superación de su propia inercia.
"Aprender a autodominarse es, por tanto, aprender a saber vivir, y en las
austeridades del estoicismo no hay ociosos alardes de libertad. Resistir y superar a
la Naturaleza es lograr para uno mismo una existencia personal e imperecedera; es
liberarse uno mismo de las vicisitudes de la vida y la muerte", escribió Eliphas Lévi
hace ya un siglo.
|